viernes, 12 de mayo de 2017

“En las ciudades no puede haber batallas.”


Esta es la primera reflexión que se hacen dos amigos de el libro mientras paseaban por su ciudad, tenían la fiel seguridad de que las batallas eran en lugares donde se tuviesen  otro tipo de condiciones por ejemplo: donde pudiesen hacer trincheras, donde tuviesen más espacio para combatir e.t.c.

Jamás se imaginaron que unas semanas después justo allí por donde pasaban iban a comenzar unos días llenos de bombardeos, hambre, muertes, angustias y sobre todo miedo. Miedo a pensar que hoy estas vivo pero quizás ya mañana no lo estés, miedo a perder a las personas más importantes de tu vida y que no pudieses hacer nada para evitarlo.

Una guerra se puede producir en cualquier lugar, igual que una pelea o un conflicto, no hay ningún límite territorial para las personas que quieren hacer daño, o quieren luchar por defender ideales sin sentido; este tipo de personas lo único que quieren es defender sus pensamientos aunque esto conlleve acabar con todo aquel que se ponga en su camino e intente frenar sus actos o sus planes, sin importarle si está haciendo daño a las personas o si está destruyendo todo su alrededor.

Nunca se sabe cuando puede comenzar una nueva guerra, un nuevo conflicto, y no estamos preparados para algo así, pero la verdad es que  nunca lo hemos estado.



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