viernes, 12 de mayo de 2017

Las bicicletas son para el verano



En las ciudades no puede haber batallas

En esta parte del libro de “Las bicicletas son para el verano” se realiza un diálogo entre dos amigos, Pablo y Luis, que comentaban que en Madrid, una ciudad tan pequeña, no puede haber guerras.

Mi opinión es que en general no debería haber guerras y solucionar las disputas hablando. Queramos o no los civiles en esa época no podíamos elegir dónde puede haber batallas o si hacerlas, no podíamos decir nada solo callar y asumir, aunque no queramos y nos pareciera mal.

Da igual dónde hubiera guerra, en una gran ciudad o pequeña porque el problema era el mismo. Si que era más complicado y difícil de entender, ya que uno se pregunta a si mismo en esa situación ¿porqué hay una guerra en un lugar tan pequeño? ¿Qué ha hecho esa pequeña ciudad para merecerse una guerra allí? Ya que en esa situación uno se pregunta qué ha hecho para que le pase algo así, jamás nadie se imaginaria estar en el sofá de su casa y  que de repente estallara una guerra.


En conclusión, ese pensamiento es normal ya que nadie puede llegar a creer que en dónde uno se ha criado, dónde vive y dónde esperaba estar en un futuro hubiera una guerra que rompiera sueños, futuro y esperanza.









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